La película muestra cierta estética de documental, al incluir testimonios personales a cámara, voces en off, aclaraciones, etc. Original también en el sentido en que añaden, toques de humor sarcástico propio de las personalidades de los personajes principales.
Curiosa la metáfora que de alguna forma se plantea en la película, al rechazar
Hewlett Packard el proyecto de
personal computer de Jobs. Dicho acuerdo no resulta fructífero al considerar Gates, quien pasaría a ser el empresario más poderoso del planeta, como “hombres de negocios” a dicha empresa.
Me desconcierta la perspectiva y el punto de vista que el director ha querido manifestar en la película. Por un lado, considero, se muestra una imagen de Jobs típica del maniático perfeccionista dispuesto a dejar toda una vida de lado por presenciar el triunfo de su proyecto. Por otro, también es obvio que la imagen que se da de Gates se corresponde con la de una persona sin ningún tipo de motivación, inquietud o iniciativa cuya única preocupación es la de lucrarse a costa de otros dando la espalda a cualquier tipo de principio ético o moral. Por último, los hechos narrados se suponen como “fieles” a la realidad y a los acontecimientos acaecidos, de ahí que podamos, de igual forma, calificar como aséptica la línea narrativa en que se basa la historia.
El punto de convergencia en base al cual se desarrolla todo lo anterior es obvio: Corrupción. De una forma u otra, todas las compañías dedicadas a la electrónica y volcadas en el proyecto de personal computer se muestran dispuestas a cualquier cosa por lograr la fama, el reconocimiento, y sobre todo, la supremacía dentro del mercado. Esto queda reflejado en cada uno de los personajes que de alguna forma representan cada una de las entidades.
Sin duda, se trata de una perspectiva interesante y, sobre todo, constructiva. Los espectadores potenciales que no sean plenamente conocedores de cómo determinadas empresas pertenecientes a la industria de la electrónica comenzaron una lucha desenfrenada por alcanzar el éxito y el reconocimiento desde principios de la década de los ochenta, pueden hacerse una pequeña idea de que sucedió realmente.
He de reconocer que tras el visionado de la película una de las conclusiones que más firmemente se configuró en mi cabeza fue la del oportunismo desmesurado de Bill Gates. La única impresión que percibí durante la sucesión de escenas y hechos relacionados con dicho personaje fueron las relacionadas con la suerte. Bajo mi punto de vista, Gates se encontraba en el lugar adecuado y en el momento preciso. Mientras
Apple se basa en el modelo que
Xerox quiso vender a
IBM, Gates se limita a vender computadores de
Microsoft cuyo modelo es calcado al de Apple, sabiendo que Steve Jobs había depositado confianza en él.
No me arrepiento de haber visto la película ya que, a pesar de lo fangoso de la temática, resulta interesante conocer como el electrodoméstico más utilizado del mundo fue resultado de disputas, investigación y, sobre todo, de la enemistad de dos hombres.
Comentario: Marcos García.
Un saludo.
